Llega el verano y los peregrinos salen rumbo a Santiago. Muchos de ellos pasan antes por nuestra consulta a ponerse los pies a punto y pedirnos algunos consejos. Así que vamos aquí con los más importantes:
1.- El calzado es lo más importante.
Lleva un calzado con el que ya hayas hecho unos cuantos kilómetros.
¡Ir de estreno en el Camino de Santiago no es buena idea!
Un buen calzado no debe ser “domado” primero por los pies, debe quedar bien desde el principio (si hace daño en la tienda es mejor buscar otro), pero debemos conocerlo, haberlo hecho algo más flexible y un poco más “nuestro”.
Entre las características más importantes de un buen calzado están la puntera amplia para que no apriete los dedos, la suela flexible, el contrafuerte que no roce y el sistema de sujeción que permita que se agarre bien a tus pies.
2.- Los calcetines son muy clave.
Aunque el calzado es lo más importante, los calcetines tampoco se quedan atrás. Actualmente existe una gran variedad de calcetines técnicos entre los que se encuentran calcetines antiampollas muy recomendables para cualquier peregrino.
3.- Antitranspirantes.
Adicionalmente a los calcetines antiampollas, quien tenga mucha sudoración puede usar un producto antitranspirante, ya que una piel muy reblandecida es más propensa a ampollas y rozaduras. El talco es el clásico antitranspirante.
Es una buena opción, aunque hoy en día hay productos más efectivos y limpios que se ajustan a las diferentes necesidades de las personas.
Eso sí, es importante hidratarse los pies por la noche después de lavarlos bien.